Mirar desde el fin del mundo, como allá en países tan lejanos y viejos los festivales son gigantescos y con renombradas bandas ya petrificadas en la historia, la vista se aclara cuando observas la cantidad de música y artistas que pisan esta franja delgada de tierra que llaman Chile. ¿Quienes piensan en que un festival con bandas nacionales no seria rentable?, pues solo los que no aman este arte del metal, quienes solo sueñan con un bolsillo mas grande… y solo aquellos que no llegaron a conciliar un nuevo numero desde la isla vieja, la isla grande, la isla supersticiosa. Y se nos presenta Chiloé Metal Fest II, DOS, impetuoso y lleno de furia terrenal, brutalidades de ramas y tres días que quedaron en la memoria para todos sus asistentes, en los que lograron recordar después de la cruda!.
Al llegar al lugar de encuentro, la naturaleza climática obligo a mover el escenario, que ciertamente ayudo a resguardar el equipamiento. El calor como es típico, fue calaste para los músicos, que dejaron todo sobre el escenario cada día. Y cuando llegaba la noche, el recambio de quienes descansaban la cruda de día, aparecían como zombies a devorar carne humana, en este caso, devorar los sonidos brutales de la noche, que se turnaron de forma marcada, sea Heavy, Death y Black. Los cuerpos resonantes y vibrados por los bajos, movían chascas y cervezas al aire, incluso cuerpos desprovistos de poleras satánicas y el vino derramado por las bocas sedientas. Lagunas mentales en varios asistentes deben ser las tónicas mas recurrentes en cada mañana, poniéndose al corriente durante la jornada y volver a despojarse.
El festival, la tokata, el mambo, cualquier sinónimo sera valido para las noches del Chiloé Fest, que encerró a lo mejor del under criollo, bandas con sonidos tan únicos y que difícilmente encuentren escenario tal, para demostrar su arte.
La magia del sur, como se dice regularmente, debería ser la «Vehemencia del sur… la isla enamora por si sola, y este festival le añadió el ingrediente perfecto, METAL. Cual amante de los paisajes sureños, amante del metal, de los matorrales, para salirnos del romanticismo y llegar a la bebida.
Al despertar! CHAPE! CHAPE! CHAPE!!!.
Agradezcamos tener este!, el festival del fin del mundo!.
Umbras del Impío 